sábado, 9 de enero de 2016

Definición de conceptos

Esta entrada la dedicaré a definir ciertos conceptos clave en la filosofía de Simone de Beauvoir. 
  • Eterno femenino 
Rol de la mujer a través de la historia. Estado de la mujer como subordinada al hombre y oprimida, debido a una cultura que le impone constantemente su condición y no le permite realizarse como sujeto o crear su propia identidad. 
  • Alteridad 
La palabra alteridad proviene de la palabra latina alter, que significa "otro". Así pues, tiene relación con otro concepto clave de Simone de Beauvoir: "lo Otro". La alteridad es un concepto contrario a la identidad. 

Se trata de una categoría que sirve para indicar que las mujeres están oprimidas y subordinadas por el hombre.

El hombre lucha constantemente por reafirmarse como sujeto y para ello se delimita negando "lo Otro", que es la mujer, cosificándola, negando su identidad como sujeto. 
  • Dialéctica hegeliana del amo y del esclavo
Se trata del modo en que piensa Hegel que comienza la historia del ser humano; el origen de las relaciones sociales. 

"Dialéctica" significa técnica de dialogar y discutir para descubrir la verdad mediante una serie de argumentaciones contrarias entre sí. 

El hombre es autoconciencia, consciente de su realidad y de su dignidad humana. En este caso, dos autoconciencias se plantean el origen de la historia. Se enfrentan dos deseos; el deseo humano desea el deseo del otro, ser reconocido por el otro.

Hegel parte de la noción de deseo, que presupone una carencia, un vacío que debe llenarse y, por tanto,  un impulso hacia lo "otro", donde el primero del que hablamos logrará su satisfacción, su identidad, su reafirmación, pasando el segundo a ser acción que satisface el deseo, haciéndolo por negación, transformándose en objeto deseado; se cosifica (se convierte en una mera cosa). 

Se habla, pues, de una lucha a muerte por el reconocimiento de la primera autoconciencia. Esto supone que cada autoconciencia que lucha a muerte debe estar dispuesta a renunciar a la vida, debe tener miedo al otro, corriendo el riesgo de perder su existencia individual. 

Simone de Beauvoir lleva esta dialéctica al hombre (como amo) y a la mujer (como esclava). 
  • Trascendencia
Se une al concepto de "proyecto de vida" de Simone de Beauvoir. 

Se refiere a la posibilidad de atravesar límites, romper fronteras. Es algo que está más allá del medio natural, alcanzar algo que está más allá de los límites del cuerpo y, en este caso, tiene que ver con la propia existencia del individuo.

Concepto opuesto a la inmanencia. 

  • Inmanencia
Proviene del latín "immanens", "im" (hacia dentro) y "manere" (quedarse, permanecer). 

Es el estado en el que se encuentra la mujer al no poseer un proyecto de vida, al no trascender. Es decir, es pura esencia, y no trascendencia. Es estancamiento. 

Concepto opuesto a la trascendencia.
  • Libertad
Condición de todo ser humano, tanto hombre como mujer. 

La libertad se ve condicionada por la situación que envuelve a cada individuo y por su capacidad para sumirla, pero es intrínseca en cada uno. 

Ser libre es un requisito moral que todos debemos aceptar y llevar a cabo, no es simple sencillez. 
  • Responsabilidad
Concepto relacionado con la libertad. Es la acción que responde a la misma. Asumir la libertad supone asumir la responsabilidad, que supone la pérdida de ciertas comodidades y es un duro paso para asumir por completo la libertad. Tener responsabilidad es un requisito moral para llevar a cabo las propias elecciones que llevarán a la libertad.
  • Situación
La situación es el marco en el que se puede ejercer la libertad, que la facilita o la dificulta. La situación es el afuera. El concepto situado (concepto constante en la filosofía de Simone de Beauvoir), hace referencia al sujeto que vive inmerso en una serie de circunstancias o situaciones que limitan su libertad. 
  • Método regresivo-progresivo
Método de carácter heurístico (para resolver problemas). 

La primera parte tiende al análisis para encontrar las causas de un determinado problema, en este caso, el de la mujer. Se centra en la búsqueda de las causas que han provocado la situación de alteridad en la mujer; busca el origen del problema. Podemos observar esta parte del método en el primero volumen de la obra El Segundo Sexo. Se trata de una fase analítica. 

En cuando a la segunda parte, se parte de las causas encontradas para probar su coherencia con los efectos que hemos supuesto que produce. Esta segunda parte la podemos encontrar en el segundo volumen de El Segundo Sexo. Se trata de una fase sintética. Ya no es regresiva porque se plantean los problemas del presente, no los del pasado.
  • Cosificación
Conversión de las personas en cosas, en este caso por parte de los hombres y la sociedad a la mujer. 

  • Feminismo 
Doctrina o movimiento social que reclama el reconocimiento de capacidades y derechos de la mujer que han sido constantemente propiedad únicamente del hombre. 

Cómo hacer una redacción en filosofía

Similar a la anterior entrada, ésta voy a dedicarla a daros consejos para realizar una redacción de filosofía. 

Ésta es quizás la parte más complicada del examen o la que más miedo nos da. En la redacción tenemos que mostrar todos nuestros conocimientos sobre el filósofo en cuestión de manera cohesionada y coherente. 

Es muy importante que leamos con atención la propuesta que se nos presenta. Leída ésta, os recomiendo que hagáis un pequeño esquema de los conceptos que creéis que debéis exponer.  Los conceptos deben de estar ligados. Los distintos párrafos tienen que tener relación entre ellos, si no lo tienen, no mostraréis una parte esencial a la hora de puntuar, que es saber organizar y asociar los conceptos. 

Como sabemos, una redacción consta de tres partes: 
  1. Introducción 
  2. Desarrollo
  3. Conclusión 
En cuanto a la introducción, se trata de un párrafo breve donde se presenta el problema filosófico y, obviamente, el filósofo a tratar y su contextualización.

En el desarrollo debemos exponer el tema. El desarrollo es la parte más compleja. En ella tenemos que demostrar que dominamos toda la filosofía de Simone de Beauvoir pero sin salirnos en ningún momento del tema que nos piden que desarrollemos, por lo que habrá conceptos que no tendremos que describir en profundidad. Recurrir al tema propuesto siempre que veamos oportunidad para mostrar que sabemos ligar los todos los conceptos.

Expuesto el contenido, es necesario que hablemos brevemente sobre la filósofa, la corriente filosófica a la que pertenece y a su contexto. Es muy importante que situéis al filósofo en su contexto y si sabemos los precedentes del problema, las causas y sus consecuencias, ¡mucho mejor! Así demostraremos nuestro interés y cómo comprendemos el tema expuesto no sólo en el filósofo, sino en su propia historia. 

Utiliza constantemente los conectores argumentativos para enlazar los párrafos con otros para así mostrar qué relación hay entre ellos y cómo se encadenan. Se seguimos un orden correcto, la conclusión será muy sencilla de expresar.

Finalmente, la conclusión es un resumen del tema principal que hemos desarrollado. Os recomiendo que pongáis todo vuestro entusiasmo en esta parte. Cuanto más original sea, más puntuación obtendréis (recordad que leemos cientas de redacciones de un mismo tema, y los correctores ¡miles!). Debéis aclarar la cuestión propuesta. Podéis añadir también una sutil opinión personal, por ejemplo, con frases como "en mi opinión", "considero que", etc., pero no olvidéis ser formales en este punto (la informalidad pierde muchos puntos en los exámenes de selectividad).

Lo más importante a la hora de hacer una redacción ordenada, coherente, cohesionada y, a poder ser, original. Por otra parte, es esencial que no nos salgamos del tema. Si comenzamos a darle más importancia a otros conceptos u olvidamos cual es el tema principal, la redacción no contará tanto.

Una recomendación personal es poner sentimiento, pero sin pasarse de sentimentalismo. Recordad que no estamos escribiendo una novela ni una redacción de nuestras vacaciones. Se trata de un texto que debe ser objetivo desde un principio, pero dejando entrever, al menos en la conclusión, vuestra opinión. 

¡Recordad la ortografía! Sabéis que somos muy estrictos con este tema, sea la asignatura que sea. Os recomiendo leer mucho para mejorar este aspecto. Si lo hacéis, ni siquiera dudáis de si una palabra se escribe o no sin "h" o si lleva acento o no.




Espero que os haya servido este entrada y os haya aclarado algunas dudas. Igualmente, en los comentarios podéis preguntar lo que queráis y podéis mandarme vuestras redacciones a mi email (laura.caparros@goumh.umh.es)  para que les eche un ojo.

¡Ánimo! Juntos superaremos el miedo al folio en blanco.

Cómo realizar un comentario de texto

Esta entrada la he querido dedicar a daros  una serie de consejos para ayudaros a la hora de realizarlo vosotros. Os voy a subrayar en el texto los aspectos más importantes.
Bien, dicho esto, aquí os dejo el texto que utilizaremos como guía (posible en los exámenes de selectividad):

“Ahora bien, lo que define de una manera singular la situación de la mujer es que, siendo una libertad autónoma, como todo ser humano, se descubre y se elige en un mundo donde los hombres le imponen que se asuma como el Otro; pretenden fijarla como objeto y consagrarla a la inmanencia, puesto que su trascendencia será perpetuamente trascendida por una conciencia esencial y soberana. El drama de la mujer es ese conflicto entre la reivindicación fundamental de todo sujeto, que se plantea siempre como lo esencial, y las exigencias de una situación que la constituye como in-esencial. ¿Cómo puede cumplirse un ser humano en la condición femenina? ¿qué caminos le están abiertos? ¿Cuáles conducen a callejones sin salida? ¿Cómo encontrar la independencia en el seno de la dependencia? ¿Qué circunstancia limitan la libertad de la mujer? ¿Pueden ellas superarlas? Éstas son cuestiones fundamentales que quisiéramos aclarar. Es decir que, puesto que nos interesamos en las oportunidades del individuo, no definiremos esas oportunidades en términos de felicidad, sino en términos de libertad.Es evidente que este problema no tendría ningún sentido si supusiéramos que pesa sobre la mujer un destino fisiológico, psicológico o económico.”
Simone de Beauvoir. El segundo sexo. Introducción

El folio blanco (y os lo digo por experiencia) da miedo. Cuando leemos un texto del que tenemos que realizar un análisis, nos bloqueamos, observamos demasiados datos, caos. Nos cuesta crear una organización coherente y estructurada en nuestra cabeza.
No tenemos que dedicarnos a copiar ni tampoco a explicar en profundidad los conceptos. Tenemos que leer, comprender y subrayar.
Primero debéis leer una primera vez el texto, para situaros (este es el momento más difícil, porque tendemos a leer con rapidez). Ahora lo leeréis una segunda vez, para centraros. En esta segunda vez deberíais subrayar conceptos que os llamen la atención y creáis que son necesarios para la creación de vuestra síntesis. Y, por último, debéis leerlo una tercera vez para apuntar lo que se os haya pasado en la vez anterior. Sin embargo, yo recomiendo que leáis el texto las veces que sean necesarias y que escrito vuestro resumen, volváis a leerlo y a reafirmar vuestras ideas comparándolo con el texto expuesto.
Es importante que subrayéis los conceptos clave (el Otro [línea 3], inmanencia [línea 4], trascendencia [línea 5], etc.). De esta manera no nos pondremos tan nerviosos y no veremos el texto como si estuviera escrito en árabe. Descubriremos que entendemos todos los conceptos y que somos capaces de enfrentarnos a ellos.
Hecha ya la lectura del texto, en primer lugar, hemos de sacar la idea principal del texto (recordad que siempre podemos apoyarnos en algunas frases y copiarlas para confirmar nuestros argumentos). Podemos resumir la idea principal en una breve frase o incluso en una palabra, lo que sería el tema del texto.
Acto seguido hacemos un breve resumen del texto donde, sin duda, incluiremos las ideas secundarias del texto.
Tras la lectura del texto, desde mi punto de vista la idea principal sería el concepto clave del que hemos hablado: la situación. A raíz de la situación, podemos encontrar otra serie de conceptos como el de “lo Otro”, la “inmanencia”, “la trascendencia” o “la libertad”, que se mueven en torno a este concepto principal.
Hemos de tratar de asociar todos los conceptos, no comprenderlos como puntos separados o no cohesionados entre sí. Si no llevamos a cabo este punto, nos encontraremos con un texto desordenado, donde la persona que corrija verá que sabéis los conceptos pero de manera aislada y que no habéis comprendido el texto.
Es por ello por lo que debemos utilizar frases cohesionadas entre sí, sin perder el hilo del texto y sin salirnos de él. No nos piden que hagamos una redacción (para eso tenemos otro punto donde se nos pide muy claramente), nos piden que resumamos el texto.
Quizás no os parece relevante esta entrada, que llevamos mucho tiempo haciendo resúmenes, pero existe la tendencia a plasmar los conocimientos en lugar de plasmar el contenido de los propios textos. Es por ello que me parecía necesario y de una gran ayuda (¡yo también me perdía en vuestro curso!) para vosotros. Además, sé de la posible dificultad de enfrentarse a un texto filosófico, donde se muestran tantos conceptos estudiados  y una complejidad algo alta del lenguaje. Pero si seguís todos estos pasos en cada uno de los textos que realicemos, no habrá problemas, y si los hay, no dudéis en escribirme o concretar una tutoría conmigo para que aclaremos la mejor manera de realizar comentarios de texto.


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Y ya que os he dado una serie de consejos para realizar un comentario de texto, en esta entrada os voy a pedir que hagáis una breve síntesis del texto apuntado el tema principal y las ideas secundarias con la ayuda que os he aportado. De 5 a 10 líneas. Cuanto más breves seáis, más supondrá vuestra comprensión del tema.


Esforzaos, no os agobies, no tengáis miedo a equivocaros. El error es siempre el mejor ayudante. ¡Ánimo! 

viernes, 8 de enero de 2016

El origen del problema

Antes de comenzar, he encontrado un vídeo precioso en un blog sobre la evolución de la mujer que me gustaría compartir con vosotros:



Estoy segura de que algunas imágenes más que otras os han hecho pensar sobre la subordinación de la mujer, de la que tanto hemos hablado, pero...

¿Cuál es el origen de la situación de subordinación de la mujer?

Simone de Beauvoir parte de la idea de que la mujer es como es debido a la carga cultural que posee, como hemos ido viendo hasta ahora. Hablamos, pues, de un proceso histórico. La autora bebe del materialismo histórico, corriente filosófica que estudia las leyes que explican el desarrollo de las sociedades. Ella misma afirma en su obra "La teoría del materialismo histórico ha sacado a la luz verdades importantísimas" (capítulo III de El Segundo Sexo). 

¿Por qué es tan importante esta corriente para Simone de Beauvoir? Dicen así las siguientes líneas a la expuesta anteriormente: 
"La Humanidad no es una especie animal: es una realidad histórica. La sociedad humana es una antífisis: no sufre pasivamente la presencia de la Naturaleza, la toma por su cuenta".

De este modo, la mujer no está definida únicamente por su sexualidad y su carácter biológica, sino por una estructura cultural impuesta en cualquier cultura a lo largo de la historia. Y, aclarada esta idea, Simone de Beauvoir comienza la parte regresiva del método regresivo-progresivo para analizar la evolución del rol impuesto e interiorizado de la mujer. 

Comienza con la Edad de Piedra, en la que descubre una clara igualdad entre hombres y mujeres, pues, aunque el hombre se dedica a la caza y a la pesca, las fuerzas de la mujer se adecuaban a los trabajos en el huerto o del hogar, por lo que ambos realizaban trabajos productivos. El hogar era a su vez un lugar de producción y trabajo, por lo que se igualaban los roles. Sin embargo, cuando se descubre el cobre, el estaño, el bronce y el hierro, el hombre recurre a esclavizar a otros hombres para una mayor y más fácil producción (recordamos llegados a este punto la teoría hegeliana del amo y el esclavo). Poco faltaría para que la mujer pasara a ser, como la tierra y el esclavo, pertenencia del hombre. La producción exterior convertía al hogar en un lugar poco productivo, un "accesorio insignificante". 

Con la creación de esta figura masculina, el derecho paterno acaba sustituyendo al de la mujer, ya que el hijo hereda el dominio del padre, no de la madre. Así nace la sociedad patriarcal cuyas bases se sitúan en la propiedad privada. El hombre ha creado su imperio, en el que la mujer es la opresora y sierva del hombre. 

Es pues en la Edad de Bronce donde el problema de la dominación del hombre sobre la mujer comienza a atisbarse. El hombre, capaz de hacer frente a la naturaleza con sus útiles, ya no lo teme; es capaz de conquistarla. Pero el hombre no se conforma con mejorar sus huertos, sino con expandirse.

Éste es el origen del problema. Un problema que, como vemos, es muy antiguo. Nos puede dar vértigo la escena. La mujer, subordinada desde los principios de los tiempos. Cuando finaliza el análisis de la Edad de Bronce, Simone de Beauvoir continúa analizando el avance de la historia y por tanto la opresión de la mujer, hasta llegar a su época. 

El método regresivo-progresivo, en este caso esa primera parte de la metodología, nos permite llegar a las verdaderas causas del problema actual. La regresión supone una vuelta al pasado, hasta el punto principal de la cuestión.
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Se considera a las mujeres como las grandes olvidadas de la historia. Os dejo una curiosa entrada sobre "La mujer a través de la historia" en un blog muy interesante. 

Me gustaría que observáramos un vídeo sobre el avance de la mujer, del que responderemos las preguntas asignadas para esta tarea. Aquí os lo adjunto:

"El rol de la mujer a través de la historia".  



Tras la visualización del vídeo, me gustaría que respondiéramos a las siguientes preguntas:

¿Qué opináis sobre el vídeo adjunto? ¿Qué papel creéis que ha tenido la mujer a lo largo de su vida? ¿Qué mujeres importantes conocéis? ¿Crees que es fiel a la realidad? 

¿Es el ser humano libre?

¿Es el ser humano libre para Simone de Beauvoir?

Hace poco leí un artículo cuyo título me pareció elogiable. Decía así: "Simone de Beauvoir, la filósofa que liberó a las mujeres... y a los hombres" (podéis acceder a él clicando sobre el título entrecomillado). 

Se conoce a Simone de Beauvoir especialmente por su aportación al feminismo (un feminismo existencialista, no lo olvidemos), pero olvidamos que nos encontramos ante la igualdad, y para que la igualdad tenga sentido, no es sólo la mujer la que debe independizarse y encontrar su identidad, sino también el hombre. 

En la entrada anterior hablábamos del eterno femenino, aquel el rol impuesto por la cultura a la mujer a través de los tiempos. Finalizaba la entrada haciendo un pequeño apunte: la dificultad de romper las barreras de la cultura y aceptar la propia libertad para elegir. 

Comenzaba ahora mismo con la cuestión de la libertad para Simone de Beauvoir y, por si no os habéis cerciorado, he preguntado sobre el ser humano, y no sobre la mujer. Por fin os respondo: sí, el ser humano es libre para Simone de Beauvoir. ¿Cuál es el problema entonces? El problema es que el ser humano no quiere asumir su libertad. 

Vayamos por partes. Puede parecer extraño que ahora dudemos de la libertad del hombre (como varón), si él es el dueño en la sociedad patriarcal, el que se define delimitando al otro, que es la mujer. Esto nos lleva inevitablemente a hablar sobre la teoría hegeliana del amo y del esclavo. Pensemos por un momento, ¿qué sería del amo sin el esclavo? ¿Sería acaso amo? ¿Estaría jerárquicamente por encima de alguien? El ser humano necesita crearse como sujeto delimitándose con la creación de lo "otro". El amo es sólo amo si posee a alguien que le sirva, es por ello por lo que busca reafirmarse como sujeto en oposición a los demás. Claro, si el ser humano es libre (si lo otro ya no es lo otro, sino que es sujeto), ¿qué sentido tiene el amo? 

Ahora extrapolemos esta situación de esclavitud al hombre y la mujer, comprendiendo al hombre como amo y a la mujer como esclavo. La situación de subordinación a lo largo de la historia es la misma. Pero seguimos sin comprender la dificultad de aceptar la libertad, ¿qué problema existe? 

Cuando la mujer, o el esclavo, se cercioran de su situación y de su posibilidad de ser libres, no se obtiene tan fácilmente el resultado que esperamos. Supongo que la mayoría pensaríamos que el esclavo (o la mujer) tenderá a rebelarse para conseguir sus derechos y definirse en su libertad. ¿Por qué estamos tan seguro de ello? Quizás porque hasta el momento hemos visto a lo largo de la historia cómo la esclavitud ha ido desapareciendo y la mujer ha ido emancipándose (manifestaciones feministas, cartas de derechos humanos, etc.). De manera externa, todo ser humano ha luchado constantemente por sus derechos: los esclavos querían tener los privilegios del amo y las mujeres los mismos derechos de los hombres. Si embargo, ¿por qué sigue existiendo machismo en nuestros días, entonces? 

El problema de la libertad es que, asumirla, trae consigue un concepto clave y, sin duda, duro: la responsabilidad. Cuando uno asume su libertad, significa que es capaz de tomar sus propias elecciones. No depende de nadie. Quizás ahora empecéis a atisbar el problema. ¿Acaso no es difícil no depender de nadie? Pensemos en nuestras familias, en el momento en que hemos de abandonar el nido. Dejar de depender de los padres significa perder muchas comodidades, tales como no tener la comida hecha, la casa ordenada o dinero para nuestros caprichos, además de la unión sentimental que nos une y duele cuando te alejas. Ahora, pensemos en el esclavo: si el esclavo se rebela contra su amo, significa que no tendrá una casa fija o un plato de comida caliente a lo largo de su vida. Ahora, la mujer. Si la mujer asume su libertad, deberá llevar a cabo tareas que hasta el momento eran del hombre, como por ejemplo, y muy actual, llevar al coche al mecánico, llevar las cuentas de la casa o incluso ser una pieza imprescindible en llevar dinero la hogar. Son sólo unos ejemplos, pero existen mucho más. ¿Y el amo? El amo no obtendría del esclavo su servidumbre, no tendría el desayuno hecho todas las mañanas o debería trabajar para ganarse el pan. Y, finalmente, el hombre, que debería de igual manera asumir que debe limpiar él mismo, que no llegaría a casa con la comida hecha.  

Nos encontramos, por tanto, con seres humanos iguales que no aceptan su libertad porque hacerlo supondría perder la comodidad que supone no poseerla. ¡Nos encontramos con que ser libres es duro! ¡Pero si hemos luchado constantemente por nuestros derechos! Claro, claro que sí, lo hemos hecho... ¿Pero hemos luchado por la verdadera igualdad? ¿Por la igualdad jurídica, pero también la personal? ¿O sólo hemos luchado por la igualdad que nos convenía? Porque es tan fácil que nos den ciertas cosas hechas... 

Estoy segura de que ahora todos nos hemos dado cuenta de que hay muchas responsabilidades que nos cuestan asumir. Por ello (y sin duda me incluyo), me gustaría que reflexionáramos sobre la libertad que creemos poseer. Porque la cultura pesa y es deshacerse de costumbres incorrectas, pero también pesa romper con la comodidad e independizarse; también cuesta dar el paso para ser. 



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Como tarea, tras la lectura de la entrada, me gustaría que concretarais más ejemplo que pueden impedir que el esclavo o la mujer no asuma su responsabilidad (como los que he puesto sobre llevar las cuentas, el mecánico, etc.).



Espero que os haya ayudado a comprender a Simone de Beauvoir, pero también a nuestra sociedad y  a nosotros mismos. Os confieso que esta teoría, a mí me cambió la vida.

¿Qué es el "eterno femenino"?

Comenzaremos esta entrada con un texto esencial de Simone de Beauvoir, escrito en su obra El Segundo Sexo: esencial de Simone de Beauvoir, escrito en su obra El Segundo Sexo: 


"No se nace mujer, se llega a serlo". Recordemos esta frase. Es sin duda la más conocida de la filósofa porque resumen la mayor parte de su obra en tan pocas palabras. ¿Qué quiere decir con ella? Si la comprendemos literalmente, no tiene sentido, ¿verdad? Claro que se nace mujer, al fin y al cabo, nos podemos diferenciar de los hombres fácilmente. 

Pero, ¿en qué nos diferenciamos de los hombres? Creo que lo primero que nos vendrá a la cabeza serán nuestras diferencias físicas. "Yo tengo pechos, el hombre no los tiene". Sin duda. Biológicamente hablando no cabe duda que tantos las mujeres como los otros poseen rasgos que los definen como sexo. Pero Simone de Beauvoir iba mucho más allá. 

Aunque las mujeres nacen físicamente como mujeres, no nacen como mujeres personalmente hablando. No existen unas cualidades fijas que definan a la mujer como género. Es posible que existan ciertas tendencias debido a la genética, pero nada lo suficientemente importante como para alejarlas tan radicalmente de la personalidad del hombre. Por tanto, ¡no se nace mujer! Pero, ¿por qué Simone de Beauvoir escribió esta frase? 

Simone de Beauvoir escribió esta sentencia porque, culturalmente, la mujer sí parecía haber nacido como "mujer". Pero, como mujer de aquella época. La mujer sentía tal como sentía, pensaba tal como pensaba y actuaba tal como actuaba porque desde muy pequeña la cultura en la que se veía inmersa le había dicho: sé así. Ni siquiera se le había obligado a serlo, directamente formaba parte de la normalidad. Se le había inculcado su rol. Esto es lo que llamamos el "eterno femenino". Este concepto, esencial en la obra de la autora, responde a la condición que ha poseído la mujer a lo largo de la historia y que, sin duda, ha asumido. 

"Se llega a ser"; se llega a ser mujer. Confirmamos pues, según la autora, que no se nace con un "rol de mujer", sino con una cultura patriarcal que te lo impone. Pero Simone de Beauvoir no pierde la fe. Ya que no se nace mujer, ya que sólo es cultura, la mujer tiene la posibilidad, el derecho, la libertad, de llegar a serlo. Con llegar a serlo nos referimos a formar su propia identidad, a deshacerse del peso de las costumbres, los prejuicios y los estereotipos. La mujer es libre, como todo ser humano, y es dueña de sus propias elecciones, lo que le permite formarse como individuo, ya no como un "otro" distinto al hombre, sino como propio sujeto. 

El concepto de eterno femenino posee cabida en nuestra actualidad. Aunque hemos avanzado hacia la igualdad, todavía siguen habiendo resquicios de eternos femeninos, de mujeres que interiorizan el papel que su cultura les ha inculcado. Hay muchos ejemplos que quizás observamos con más claridad en nuestras abuelas, uno de ellos es la afirmación de que la mujer "debe" cocinar para el marido, "debe" cuidar de los niños o "debe" limpiar la casa. ¿Qué nos responden ellas cuando les preguntamos "por qué"? "Porque es así, porque siempre ha sido así". Es importante que comprendamos el concepto y la necesidad de interiorizar en la frase analizada por Simone de Beauvoir: "No se nace mujer, se llega a serlo", para que rompamos con las barreras culturales y de una vez por fin, seamos, simplemente seamos; que podamos caernos, errar, levantarnos y mejorar, que tengamos libertad para ello. Pero, para ello, debemos asimilar que somos libres, que no somos una mera imagen creada. Como veremos en la siguientes entradas, esto no es tan sencillo como parece.

Quería acabar este punto con un precioso poema de Víctor Hugo que se titula "El hombre y la mujer": 

El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales. 
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar.
El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro.
La mujer el corazón.
El cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón.
La mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven. 
El hombre es capaz de todos los heroísmos.
La mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía.
La mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio.
La mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La aspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre es un código.
La mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona. 
El hombre piensa.
La mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano.
La mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela.
La mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio. Cantar es conquistar el alma.
El hombre es un Templo.
La mujer es el Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: el hombre está colocado donde termina la tierra.
La mujer donde comienza el cielo.

¿Simone de Beuavoir o Sartre?


Cuando hablamos de feminismo en Simone de Beauvoir, hablamos de un feminismo existencialista. Como ya sabemos, la autora forma parte de la corriente del existencialismo, incluso ella misma confirma que El Segundo Sexo está planteado desde un punto de vista existencialista.

¿Cómo nos cercioramos de la aparición de dicha corriente? En la afirmación de la libertad como condición básica del ser humano, la forja del destino por parte de uno mismo y sus elecciones, la importancia de la experiencia personal, entre otros aspectos que se crean como marco de toda la obra. 


Un exponente esencial en dicha corriente en Jean-Paul Sartre, quien mantuvo no sólo una relación intelectual con nuestra filósofa, sino amorosa. Muchos autores defienden la gran influencia del filósofo en la obra y filosofía de Simone de Beauvoir, e incluso algunos opinan queEl Segundo Sexo es sólo una explicación de las tesis de Sartre pero llevadas al plano de la mujer. 

Me gustaría dedicar la entrada al análisis de las tantas críticas que defienden que Simone de Beauvoir sólo plasmó la filosofía de Sartre.

Partimos de la base de que Simone de Beauvoir es una filósofa existencialista. Es bien sabida su relación con Sartre. Ambos mantuvieron una relación intelectual y amorosa. Aunque ambos tenían a la poligamia, el amor que se profesaban era de admirar. Existen muchas cartas que demuestran su cariño, su sinceridad y su amor, más allá de las relaciones que mantuvieran con otras muchas personas. Por ello, es clara la influencia de Sartre en el pensamiento de Simone de Beauvoir, pero, ¿qué problema existe?

La autora bebió de la filosofía de Sartre, de sus ideas sobre la libertad y la responsabilidad, entre otras tantas. Claro, es cierto. Pero fue ella, mujer, quien a raíz de su condición de género, supo transmitir no sólo las ideas de Sartre, que ella había interiorizado y desarrollado, sino sus sentimientos, su manera de ver el mundo y su contexto. Aquí os adjunto un vídeo de Simone de Beauvoir hablando de cómo se conocieron y sus primeras impresiones:


Ambos dos eran personas curiosas. Eran independientes, revolucionarios, solitarios. Lo tenían todo para amarse, pero también para no formar una pareja que hoy entendemos por normal, porque ninguno de los dos lo era.

Sin duda, la relación de ambos causó estupor en la sociedad, pero, pensemos en cuál de los dos artistas fue más rechazado socialmente. Hasta el momento, al hombre se le ha permitido la poligamia. Sin embargo, la mujer (especialmente en aquello época) lo tenía prohibido; una mujer de muchos hombres, sabemos todo de qué era tachada.

Por tanto, Simone de Beauvoir se enfrentó a la sociedad y se liberó. Tomó sus propias elecciones, fue valiente, fuerte y libre. Incluso llegó a mantener relaciones con mujeres. ¿Quita fuerza en su filosofía estos planteamientos? Considero que es al revés. Una mujer de aquella época, que es capaz de enfrentarse a su cultura, al eterno femenino, al qué dirán, me parece que no puede exponer una mera copia de la filosofía de otro. Sartre no vivió lo que vivió Simone. Sartre conoció sus circunstancias, pero no las de ella. Son sujetos situados distintos.

Por otro lado, no hemos negado en ningún momento la influencia del filósofo en Simone de Beauvoir y, como hemos dicho, hay teorías que hablan del desarrollo de las tesis del primero por parte de ella pero llevado al ámbito de la mujer. Desde mi punto de vista, es cierto. Es cierto en tanto que ambos eran existencialistas y que ella tenía un pensamiento muy similar al de él, pero no hemos de olvidar, como he dicho anteriormente, que él no era mujer.

Es un tema para reflexionar. ¿Por qué es tan importante la originalidad? La importancia moral del existencialismo es tal que no deberíamos darle tanta importancia a la falta de originalidad de los autores. Cuando un ámbito es inteligente de por sí, más vale ir mejorándolo poco a poco, permanecer en él hasta exprimirlo, hasta encontrar toda su verdad. Eso es lo que me parece que Simone de Beauvoir llevó a cabo. Llevó el existencialismo al único ámbito en el que no se había adentrado: el de la mujer. Así, las mujeres pudieron verse identificadas, entenderse; el existencialismo ya no era cosa de hombres, sino de seres humanos.

Es maravillosa la capacidad que posee el ser humano para adquirir gustos e ideas (¡buenas!) de otras personas. ¿Dejamos de ser originales por ello? Una amiga me recomendó mucha música que marcó mi vida. Hasta hace poco, me planteaba si acaso no era yo un cúmulo de recomendaciones de personas cercanas, y no poseía una identidad propia. Pero, ¿podemos separarnos del exterior de manera completa? ¿podemos sacar de dentro algo completamente original, que no tenga nada que ver con nada de lo que hemos leído o escuchado? Somos seres contextuales y creo que es importante que no lo olvidemos, pero debemos saber qué aceptar del exterior y analizar siempre con criterio lo que el mundo nos ofrece, además de la perspectiva con la que miramos.

El Segundo Sexo


El Segundo Sexo no es solamente la obra cumbre de Simone de Beauvoir, sino un hito en la historia del feminismo. Fue publicado en 1949 y fue un gran éxito de ventas, hecho muy curioso, ya que en un principio fue rechazado por sus grandes cambios, pero actualmente se comprende como uno de los libros clave escritos a lo largo del siglo XX.
Comprende dos volúmenes, que se desarrollan después de una introducción donde se presenta la intención general de la obra.

Para la creación de la obra, Simone de Beauvoir utiliza una determinada metodología denominada: método regresivo-progresivo. Ya que la obra está dividida en dos tomos, el primero trata la parte regresiva del método mientras el segundo se encarga de la progresiva.

El primer volumen se titula “Hechos y mitos”, que a su vez se divide en tres secciones: “Destino”, “Historia” y “Mitos”. En la primera sección se analizan las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, propuestas del psicoanálisis y el punto de vista del materialismo histórico, donde se enfatiza en la obra de Engels (El origen de la familia, la propiedad privada y el estado). Por su parte, en la segunda sección se parte de la situación de la mujer en las tribus nómadas y en las primeras civilizaciones agrícolas, con una orientación cercana a la antropología de Lévi-Strauss. Hace así un recorrido por toda la historia europea, donde analiza el papel de las mujeres desde la antigüedad clásica, pasando por la edad media y la modernidad, sin olvidar los logros del sufragio femenino. Finalmente, la tercera sección retoma punto de la introducción y los desarrolla más a fondo y analiza el mito de la mujer en cinco autores literatos modernos (Montherlant, D.H. Lawrence, Claudel, Breton y Stendhal).
Por otro lado, el segundo volumen se titula “Vida experimentada”, donde se analiza la realidad de las mujeres de su época (podemos llevarlo a nuestro terreno actual) en cuatro secciones: “Años formativos” (habla sobre la formación de las mujeres según sus edades, además de hacer hincapié en su iniciación sexual y en el lesbianismo), “Situación” (se describen los distintos roles de las mujeres en la sociedad y los típicos modos como viven las mujeres, además de su carácter), “Justificaciones” (trata las vías en las que las mujeres han tratado de justificar su existencia inmanente) y finalmente “Hacia la liberación” (retrato de los dilemas de la mujer independiente en la época que vive Simone de Beauvoir).
La tesis central de la obra, el corazón, es el problema de la mujer. La autora defiende que no tiene que ver con un problema biológico o genético por parte de ella o por parte de él, sino que tiene que ver con la dialéctica hegeliana del amo y del esclavo. Esta teoría, aunque Simone de Beauvoir la lleva al ámbito de las mujeres, también describe la constante diferencia entre grupos o individuos de la sociedad humana de otros mismos. El ser humano, para ser sujeto, surge únicamente cuando encuentra o crea la oposición, delimitándose con “lo Otro” y llegando a ser “Uno”. Se crea así el sujeto (el hombre, el amo) frente al objeto (la mujer, el esclavo) capaz de alcanzar la trascendencia, pero únicamente por el contraste con la inmanencia, que es la condición que poseen tanto el esclavo como el amo en la que acepta su circunstancia servil y pasiva. La trascendencia, que se rebela contra esta condición, supone la libertad. Se crea desde esta teoría es concepto de “alteridad”, que es la tendencia a confrontar con la oposición para afirmarse uno, para delimitarse.
El segundo volumen, el más extenso de los dos, se construye en torno al propósito de analizar las distintas formas como la mujer vive la subordinación de la que hemos hablado. Sin duda, la obra parece hacer referencias a muchos de los puntos clave entre los que hoy mismo nos situamos. Es por ello por lo que El Segundo Sexo parece más bien una obra atemporal, ya que aunque realmente hemos dado pasos hacia la igualdad de género, sigue existiendo en nuestros días un sabor amargo, una sociedad tendencia al patriarcado y una mujer que tiende al eterno femenino.
Así pues, se trata de una obra sensacional, compleja en contenido pero sencilla en su forma que puede extrapolarse a nuestro día a día. Sin duda, Simone de Beauvoir se adelanta a su época. Si leemos la obra, no sólo comprenderemos el rol de la mujer a lo largo de la historia, sino que comprenderemos el rol actual de la misma. Nos sorprenderá observar cómo el eterno femenino se mantiene en nuestros días y cómo de difícil es, por tanto del ser humano, asumir la libertad.



TAREA OPCIONAL 

Os recomiendo encarecidamente la lectura, ya que es sencillo en su complejidad y un ayuda para comprendernos y mejorarnos. Me gustaría que, si alguno de vosotros se decide a leerlo, comparta con sus compañeros algún que otro extracto y lo debatamos juntos. 

miércoles, 6 de enero de 2016

¿Quién es Simone de Beauvoir?

Es verdad que al estudiar la filosofía de un autor comenzamos a conocerlo a él mismo. Sin embargo, si ahondamos en su vida, en sus experiencias y en las circunstancias en las que se vio envuelto, somos más capaces de situarnos, de entender las causas que lo incitaron a pensar como pensaba, de ser empáticos y de acercarnos: hacerlo humano, real, como todos nosotros. 

Así que esta segunda entrada, después de conocer el existencialismo (corriente filosófica a la que perteneció Simone de Beauvoir), la dedicaremos a hablar sobre la biografía de nuestra autora. ¡Comencemos!

Biografía y Obra de Simone de Beauvoir 



Simone de Beauvoir nació en París el día 9 de 1908, en el mismo lugar donde fallecería el 14 de abril de 1986, a la edad de 78 años. Vivió en el seno de una familia de la burguesía católica.

Finalizó tempranamente su Licenciatura en Filosofía, a los 21 años. Conoció en 1929 a Jean-Paul Sartre en La Sorbona, cuando ambos ejercían como profesores de filosofía, quien fue, según confirmó ella, "el acontecimiento fundamental de mi existencia". Estuvieron unidos intelectual y sentimentalmente hasta que Sartre falleció en 1980. Con él llevó a cabo una serie de principios basados en su concepción de la mujer y de la pareja.


Es profesora de filosofía hasta 1943, año en que fue expulsada de la Educación Nacional tras ser denunciada por la madre de una de las numerosas alumnas a las que sedujo desde su cátedra. Después trabaja como redactora de la revista Tempes modernes, dirigida por Sartre. Su filosofía, el existencialismo y su compromiso político de izquierdas entraron en crisis ante las consecuencias de la II Guerra Mundial. Se le reprocha el nulo compromiso tanto suyo como de Sartre en favor de la Resistencia contra la ocupación alemana.

En su primera novela, La invitada (1943), trató los dilemas existencialistas de la libertad y la responsabilidad individual, que seguirán apareciendo en novelas posteriores como La sangre de los otros (1944) y Los mandarines (1954), por la que consiguió el Premio Goncourt.

Sus tesis existencialistas aparecen también en sus obras autobiográficas, entre las que destacan Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) (1958) y Final de cuentas (1972). Entre sus ensayos destaca El segundo sexo (1949), análisis que se ha convertido en la piedra angular del feminismo, y que examina, desde una perspectiva histórica, social y filosófica, la alienación de la mujer. Fue al cumplir los 40 cuando Simone empieza a plantearse cómo había vivido "el hecho de ser mujer". Y aunque reconoce "no haber tenido nunca sentimiento de inferioridad ni que la feminidad fuera una carga para ella", sí ha visto que muchas mujeres sienten haber vivido como "seres relativos". De estas cuestiones nace 'El segundo sexo', que se articula en dos tomos: 'Los hechos y los mitos' y 'La experiencia vivida'. Defendió el trabajo como la "única manera que garantiza a la mujer una libertad concreta", pues gracias a él la mujer puede franquear "en gran parte la distancia que le separa del hombre". La filósofa que se adelantó veinte años a la revolución sexual.

Autora de La vejez (1970), sobre el proceso de envejecimiento, en 1981 publicaría "La ceremonia del adiós" en la que se ofrece una controvertida visión de sus relaciones con el escritor Jean-Paul Sartre.


Sus aportaciones principales 


«Si somos iguales, seremos más libres», escribió Simone de Beauvoir, mito del feminismo, abanderada del existencialismo europeo más puro, defensora de la mujer como identidad propia, desligada de un sistema que, en la época en la que le tocó vivir, oprimía y relegaba al «segundo sexo» a la condición de esposa, madre, hija. Siempre un papel secundario, privado de libertades, ahogado y sin voz. Beauvoir se alzó como símbolo de la igualdad, respaldando sus teorías más sólidas, que sostenían que «la mujer no nace, se hace», con un estilo de vida independiente, coherente con su manera de ver el mundo.


Simone de Beauvoir no sólo es un hito del feminismo y de la libertad de las mujeres, sino de la libertad del ser humano en sí. Hoy la recordamos como la madre de las manifestaciones del sexo femenino en pro de sus derechos, pero, sin embargo, deberíamos recordarla, como a muchos existencialistas, como los padres de la libertad individual.


Vivió una vida revuelta, inspiradora para cualquier mujer, ejemplo de la ruptura de las malas costumbres culturales que sitúan a la mujer como subordinada al hombre. Sin duda, se rebeló ante su sociedad y se adelantó a su época. Hoy en día le debemos las gracias por sus grandes aportes que permiten que la mujer despierte de su letargo y comprenda que debe forjar su identidad, equiparable al hombre. Y, de igual manera el hombre debería agradecerle la posibilidad de liberarse de la dependencia que a su vez posee.